top of page
Buscar

¿De la ciudad al campo o del campo a la ciudad? - Parte I


#ministerioammiel. #estudiosammiel. @ministerioammiel.

"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra" Gen. 1:28

La primera ciudad fue construida por Caín, después de matar a su hermano Abel, el tuvo un hijo cuyo nombre se convirtió en la ciudad: ‘Enoc’. (Gen. 4:17)

No era el plan de Dios de que el ser humano viviera en ciudades, por lo que al crearlo, lo puso en un jardín, el mandato de Dios a Adán era claro: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra”(Gen. 1:28). La propuesta de ciudades es contraria a esto, es juntarse en lugar de extenderse, recuerda la torre de Babel? Podríamos hablar mucho sobre el llamado de Dios a Taré y posteriormente el llamado de Dios a Abraham a salir de las ciudades llenas de pecado a un lugar, a una tierra, que en aquel tiempo era una tierra sin mucha población. Era una tierra de montañas y valles lo que ahora es la tierra de Canaán.


No debemos olvidar que en el tiempo de Jesús, desde el año 31 hasta el año 313 d. C. Los cristianos vivían la mayoría de ellos en las montañas y en algunas casas en lugares poco poblados según la misericordia del Señor. Los grandes templos y las aglomeraciones de cristianos en las ciudades sucedió después del año 313 al final de la profecía de los 10 años de persecución religiosa registrada en Apocalipsis 2:10. El emperador romano Constantino emitió el Edicto de Milán en ese año cuando por primera vez se reconoció el cristianismo como una religión, las persecuciones se detuvieron y fue promulgada la libertad religiosa.


En el tiempo del fin, el pueblo de Dios morará en las montañas en lugares solitarios y desolados, a semejanza de Lot, porque las grandes ciudades del mundo ya se han convertido en Sodoma y luego serán blancos de terribles juicios punitivos. Sin embargo, existen una lista muy grande por las cuales en este tiempo deberían los hijos de Dios optar por la vida en el campo y no en las ciudades.


En la actualidad, en nuestra iglesia hay confusión y división sobre este tema, por un lado están los que enseñan que no es tiempo de salir huyendo de las ciudades porque aun no comienza la persecución, con lo cual me parece razonable no abandonar todo y salir huyendo. Por otro lado esta otro grupo que enseña y sostiene que es tiempo no de huir si no de salir de las ciudades de manera planificada con objetivos misioneros, estilo de vida y educación de los hijos, con lo cual estoy muy de acuerdo también. Y finalmente tenemos a un grupo que literalmente enseña que no es bíblico ni es parte de la enseñanza del Espíritu de Profecía el planificar salir del campo. Asumen que hay que quedarse en las ciudades para predicar y que solamente se puede y se debe salir huyendo y abandonando todo en el momento que comience la persecución. En esto se parecen al primer grupo. Por lo general este grupo esta formado no por personal de campo, es decir, no por obreros bíblicos laicos y pastores de campo si no mas bien por administradores. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuál de los tres grupos esta en lo correcto? ¿Cómo podemos saber el momento en que debemos irnos al campo?. En las siguientes citas del Espíritu de Profecía intentaremos responder a esas preguntas.


Una verdad muy grande es que el deseo de Dios es que su pueblo viviera en zonas de no mucha población. La descendencia de Set mientras Vivian en zonas alejadas de las grandes urbes se mantuvieron fieles a Dios. Solamente entraron en pecado cuando estos bajaron de las montañas y se unieron a la raza descendiente de Caín. Otra gran verdad que debemos entender antes de proseguir es que cuando Dios creo la tierra y al hombre no le hizo una ciudad para administrarla, le hizo un jardín para que fuera su administrador, un jardín que era su hogar, donde tenia todo cuanto necesitaba.


En la iglesia Adventista del Séptimo día tenemos un libro llamado "De la ciudad al Campo" escrito por Ellen G. White. Es una compilación de citas sobre ese tema que a lo largo de su vida ministerial tanto en cartas personales como en manuscritos mas generales la sierva del señor escribió y que los fideicomisarios White vieron a bien autorizar la publicación de este libro. (le dejaremos al final completamente gratis el libro en pdf). En ese libro podemos encontrar el objetivo principal de Ellen White sobre lo que Dios quiere para su pueblo.


En el primer capitulo de ese libro la sierva del señor aborda una lista de razones por las cuales las familias del tiempo de ella y también en el nuestro deberían tomar muy en serio el salir de las ciudades. Veamos la primera razón:


1. La educación de los hijos:


“Los padres acuden con sus familias a las ciudades porque se imaginan que allí es más fácil ganarse la vida que en el campo. Los hijos, no teniendo que hacer cuando no están en la escuela, obtienen una educación callejera. De las malas compañías adquieren hábitos de vicio y disipación. Los padres ven todo esto, pero la corrección de su error requeriría un sacrificio, y permanecen donde están, hasta que Satanás obtiene pleno dominio de sus hijos." (CC. 5.2)


“En vez de la ciudad atestada, busquen algún lugar apartado, donde vuestros hijos estén, hasta donde se pueda, escudados de la tentación, y allí entreténganlos y edúquenlos para ser útiles. El profeta Ezequiel enumera así las causas que condujeron al pecado y la destrucción de Sodoma: ‘Soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso’ [Eze. 16:49]. Todo los que quieran escapar a la suerte de Sodoma deben rehuir la conducta que trajo los juicios de Dios sobre esa ciudad perversa” (Testimonios para la iglesia, t. 5, pág. 215 [1882]).



2. Para evitar el vicio y el crimen:


“En el mundo entero las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y se oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y la disipación. La marea de corrupción y crimen sube de continuo. Cada día se registran actos de violencia: robos, asesinatos, suicidios y crímenes inenarrables. La vida en las ciudades es falsa y artificial. La intensa pasión por conseguir dinero, el torbellino de excitación y la búsqueda de placeres, y la sed de ostentación, lujo y extravagancia, son otras tantas fuerzas que desvían la mente de los seres humanos del verdadero propósito de la vida. Abren la puerta a una infinidad de males y ejercen sobre la juventud un poder casi irresistible. Una de las tentaciones más sutiles y peligrosas que asaltan a los niños y a los jóvenes en las ciudades es el afán de placeres. Muchos son los días de fiesta [feriados]; los juegos y las carreras de caballos arrastran a miles, y el torbellino de las excitaciones y del placer los distraen de los austeros deberes de la vida. El dinero que debiera ahorrarse para mejores fines se desperdicia en diversiones" CC.6.


3. Estrés, contaminación ambiental, Alimentación mal sana. Salud y estilo de vida:

“Debido a la actuación de compañías monopolizadoras, y al accionar de los sindicatos y a las huelgas, las condiciones de vida en las ciudades se hacen cada vez más difíciles. Graves disturbios nos aguardan, y muchas familias se verán en la necesidad de abandonar las ciudades. El ambiente físico de las ciudades es muchas veces un peligro para la salud. La exposición constante al contagio, el aire viciado, el agua impura, el alimento adulterado, las viviendas oscuras, malsanas y atestadas de seres humanos, son algunos de los muchos males con que se tropieza a cada paso. No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, confinados promiscuamente en estrechos alojamientos. Al principio Dios puso a nuestros primeros padres en medio de las bellezas naturales, visuales y de sonido, de las cuales desea que nos deleitemos hoy. Cuanto mejor armonicemos con el plan original de Dios, más fácil nos será asegurar la salud del cuerpo, la mente y el alma” (El ministerio de curación, págs. 281, 282 [1905]). (CC. 7)


4. Actitud indolente

“Esta madrugada no pude dormir después de las dos. Durante la visión de la noche me veía en una junta. Estaba rogando a varias familias que aceptasen las instrucciones establecidas por Dios y saliesen de las ciudades para salvar a sus hijos. Algunas de ellas dejaban pasar el tiempo sin tomar una determinación" CC. 7


5. La salida de las ciudades planificada que promueve Ellen White sucede antes del tiempo de la persecución y juicios:

“Los ángeles de la misericordia apresuraron a Lot, a su esposa y a sus hijas tomándolos de las manos. Si Lot se hubiera apresurado tal como el Señor lo deseaba, su esposa no se habría convertido en una estatua de sal. Lot adolecía de un marcado espíritu de dilación. No seamos como él. La misma voz que amonestó a Lot a que saliese de Sodoma nos ruega: ‘Salid de en medio de ellos, y apartaos... Y no toquéis lo inmundo’ [2 Cor. 6:17]. Quienes obedezcan esta amonestación encontrarán un refugio. Que cada hombre esté bien despierto y procure salvar a su familia. Que se ciña para realizar el trabajo. Dios revelará punto por punto qué debe hacer después. Oigan la voz de Dios hablar a través del apóstol Pablo: ‘Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad’ [Fil. 2:12, 13]. Lot recorrió la llanura de mala gana y con lentitud. Se había asociado durante tanto tiempo con la gente impía, que no pudo ver el peligro que corría hasta que su esposa quedó en la llanura convertida para siempre en una estatua de sal” (Mensajes selectos, t. 2, págs. 406,407 [1900]). CC. 7,8

En los escritos de la sierva del señor vistos desde un panorama general existen dos tipos de salida. Una salida planificada y una salida de emergencia. La primera es por razones familiares y espirituales. La segunda es específicamente espiritual. La salida planificada tiene como objetivo vivir una vida sana, buena alimentación, hijos educados bajo los principios del cielo, y sucede antes de la persecución. La salida de emergencia es en el momento de la persecución, cuando usted tendrá que abandonar todo y salir huyendo a las montañas y cuevas donde los ángeles nos llevaran comida. Al ver desde esta perspectiva, es necesario que las familias planifiquen salir de las ciudades para lograr preparar una familia para el reino de los cielos, la segunda salida tiene como objetivo huir de la persecución solamente.


Que Dios nos bendiga mientras planificamos salir de las ciudades y regresar periódicamente a continuar la obra por periodos cortos y regresar de nuevo al campo. Dios nos ayude en estos últimos tiempos.


Descarga gratis el libro aquí:

José M. Suazo

Director General

Ministerio Ammiel


124 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


  • Facebook
  • YouTube
Todos los derechos reservados. 
Pagina creada por HonduNet, Group.

Contactanos:

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​Llámanos:  +34 673 914 426 Whatsapp

Domingo - Viernes: 7am - 7pm   /  jmsuazooficial@gmail.com

bottom of page