“Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza.
Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.”
Salmos 143:8
La pandemia en el 2020 ha dejado un rastro enorme de muerte confinamiento y una crisis financiera sin precedentes. Sin duda, en estos tiempos siempre aparecen personas con teorías y comentarios que no son consonantes ante la situación que todo el mundo esta viviendo. Algunos al principio de la pandemia no creían en la veracidad de ese virus COVID-19. Otros haciendo caso omiso a las advertencias de las autoridades siguieron su vida normal porque consideraban que todo esto es una teoría de conspiración. Es decir, los gobiernos a favor de manipular a las masas y que nada de eso es verdad. Muchos de ellos hermanos adventistas y cristianos en general. Sin embargo, pasado el tiempo y cayendo al suelo todo este tipo de comentarios y de teorías que no hacia si no poner en mayor riesgo a la población, ahora nos encontramos en un rebrote de esta pandemia y la irresponsabilidad social ante esta situación.
En el mes de junio, cuando por Europa había dejado ya una estela de muerte y desempleo, Platicaba con un amigo de Chile quien me comentaba toda una teoría de conspiración, me decía que en los hospitales no hay nadie enfermo de COVID-19, que todo es un invento de los gobiernos para manejar a las masas. Lo escuché y solamente le dije “Ojala y no tengas que comprobarlo en primera persona”. Lamentablemente el tuvo que vivir en la practica la enfermedad para poder creer sobre la existencia de esta enfermedad.
Muchas de nuestras familias han y están pasando momentos difíciles y esto ha conllevado a una actitud de rechazo o y no aceptación de lo que nos sucede y al parecer nuestras oraciones no son del todo escuchadas. Sin embargo, debo decirles que Dios no se olvida de su pueblo.
Unos 430 años después que Jacob llego a Egipto con 70 de sus hijos, nietos y bisnietos, Dios quería sacarlos de la gran esclavitud, no obstante, el rey Faraón se opuso a su salida. Entonces la historia bíblica nos cuenta que Dios, con mano dura, por medio de Moisés y Aarón y 10 poderosas plagas saco al pueblo de Israel victorioso ante sus enemigos.
Después de 430 años de esclavitud, ¿Quién creería que Dios salvaría a ese pueblo? Sin embargo, Dios siempre aparece en los momentos clave de nuestra vida. La última y gran plaga fue la muerte de los primogénitos, era un asunto de fe, todo aquel que creyera que pintando el tindel de su puerta seria salvado de la destrucción podría serlo, solo debía demostrarlo con un simple hecho, pintando con sangre de cordero el tindel de su puerta, pero para conseguir la sangre debía matar a un cordero, es decir, debía aceptar la muerte de Cristo Jesús como el gran libertador de nuestras vidas de la esclavitud del pecado. Todo aquel que acepto el sacrificio de cristo mediante el símbolo de la sangre de un cordero, fueron protegidos y liberados por el ángel protector.
Hoy, estamos en el umbral de la liberación final del pueblo de Dios, Jesús está a punto de cambiar sus vestiduras en el lugar santísimo, dejara las vestiduras sumosacerdotales y tomará las vestiduras Reales y cuando eso suceda se levantará de su trono y se dispondrá a venir a la tierra para la cosecha final. Una vez el se levante, el tiempo de gracia habrá terminado, El pueblo de Dios habrá sido sellado en sus frentes, y la angustia final del pueblo de Dios aumentara a niveles sin precedentes. Y aunque no lo entendamos, muchos de nuestros seres queridos irán al descanso hoy porque Dios así lo ha permitido porque de otra manera no podrían soportar la angustia final.
En este día, sin duda de ningún tipo, creo fielmente en que esta pandemia pasará, y que solo es la primera de muchas cosas terribles que vendrán para las cuales debemos estar preparados. Que nuestra oración sea “Señor, auméntanos la fe, ayúdanos a creer en tus promesas y a depender de tu infinita gracia para con nosotros los pecadores, Jesús, Ven pronto, queremos ir a casa contigo. Amen”
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