Después de la salutación que Juan realiza en los versículos 4 y 5, Juan se dirige ahora a enfocar el centro, el éxtasis, lo mas importante, la razón de la existencia del libro de apocalipsis, La venida de Nuestro señor Jesucristo.
"Mirad que viene con las nubes, y todo ojo lo verá, aún los que lo traspasaron. Y todos los linajes de la Tierra se lamentarán por El, ¡Así sea! ¡Amén! Yo soy el Alfa y la Omega -dice el Señor Dios-, el que es, el que era y el que ha de venir, el Todopoderoso" (Apoc. 1:7)
El tema de la segunda venida de Cristo es el objetivo final de este libro espectacular, es el propósito de apocalipsis avisar a la humanidad que Cristo viene por segunda vez pero viene solamente por aquellos que desean ser parte de su reino eterno. El profeta en su salutación expresa que el centro de su mensaje es ese, declarar que todos serán testigos de ese maravilloso acontecimiento. Este ha sido el acontecimiento por el cual se escribió la biblia, la mayoría de protagonistas de la historia de la biblia se refirieron a ese momento especial, Enoc lo describió diciendo que vio viniendo al Hijo del hombre con sus ejércitos de millares de Ángeles.
Mateo se refirió a la segunda venida de Cristo con la siguiente descripción:
"Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro" (Mateo 24:30,31)
Al igual que Juan, Mateo nos describe dos aspectos interesantes de este acontecimiento. El primero es que nos dice que aparece una señal muy esperada por los hijos de Dios, y la segunda, este mismo evento describe que los que nunca quisieron arrepentirse se lamentaran por no haber escuchado el mensaje que se les predicó. Posteriormente nos ayuda a comprender que ese evento se da con el propósito de llevarnos al cielo, el versículo 31 nos dice que los Ángeles estarán recogiendo a los redimidos en toda la tierra, eso nos indica el comienzo de un viaje que nos lleva al cielo donde esta la morada de Dios. El mismo Juan, en su evangelio escribió el propósito de Jesús para su pueblo y su segunda venida.
"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:1-3)
Jesús nos deja claro que el objeto de su ida al cielo es ir a preparar moradas para los que en su segunda venida venga a llevar a la tierra. Por lo tanto, en la segunda venida de cristo todos los que hayan muerto en Cristo y los que estén vivos y que hayan entregado a Jesús sus vidas seremos llevados al cielo. Así es como el apóstol Pablo lo describe en la siguiente cita:
"Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1Tesalonicenses 4:113-16)
El apóstol Pablo hace una descripción muy especifica en la carta de respuesta a las inquietudes de los hermanos Tesalonicenses. Nos dice que los muertos en cristo van a resucitar primero, sin embargo, no irán primero al cielo, ellos se unen a los vivos justos y ya una vez unidos son levantados para recibir a Jesús en el aire, después de eso, como nos dice Juan en su evangelio, somos llevados a las moradas celestiales.
Hablando de esto, el mismo Juan en apocalipsis 7:9 describe a los redimidos en el cielo, es decir, mateo nos dice que Jesús viene y en su venida los ángeles recogen de toda la tierra a todos los redimidos, Pablo nos dice que cuando los muertos en cristo resucitan se unen a los vivos justos, y Juan, en su evangelio nos dice que hay moradas preparadas en el cielo para los redimidos, y la siguiente cita nos dice el lugar en donde vamos a estar después de la segunda venida de Cristo.
"Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;" (Apoc. 7:9)
Que hermoso será ese día cuando cristo venga, muy pronto hemos de ser testigos de ese magnifico acontecimiento, nuestra esperanza finalmente será cumplida, nuestras luchas habrán terminado y nuestra felicidad apenas habrá comenzado, el dominio del pecado y el dominio del enemigo terminaran y todos ahora seremos liberados de la esclavitud del pecado y del error. La sierva del señor nos describe ese acontecimiento de la siguiente manera:
"Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un tamaño como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve al Salvador y que a la distancia parece rodeada de oscuridad. El pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del hombre. En silencio solemne la contemplan mientras va acercándose a la tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta convertirse en una gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y sobre ella el arco iris del pacto. Jesús marcha al frente como un gran conquistador" (CS. pag. 698)
Entreguemos a Cristo Jesús hoy nuestra vida para que encontremos en el la realización de nuestra esperanza. Solo los valientes, los vencedores, los obedientes y los que laven sus ropas en la sangre de Cristo podrán ser parte de este hermoso acontecer. Dios nos ayude a ser partícipe de este glorioso y precioso fin de la historia, cuando en realidad comenzara una historia de paz, felicidad y amor al lado de nuestro señor Jesucristo.
Pr. José M. Suazo
Director General de
Ministerio Ammiel
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