El Otro Consolador

"Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre;" (Jn. 14:16)

Durante algunos años hemos visto cómo grupos de cristianos están surgiendo argumentando que El Espíritu Santo es Cristo mismo. Justo antes de escribir este artículo me di a la tarea de leer alguna publicación de un grupo que argumenta lo antes mencionado y debo decir que en realidad es muy necesario hacer un uso correcto y estrictamente apegado a los principios teológicos de investigación para no caer en el problema de la tergiversación de citas bíblicas y citas del Espíritu de Profecía.

Nuestro texto de hoy es de suma importancia debido a que es controvertido para muchos y muy simple de entender para otros.

"Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre;"

"κἀγὼ ἐρωτήσω τὸν Πατέρα καὶ ἄλλον Παράκλητον δώσει ὑμῖν ἵνα ᾖ μεθ’ ὑμῶν εἰς τὸν αἰῶνα,"

Para los detractores de la Deidad del Espíritu Santo este pasaje de alguna manera debe estar hablando del mismo Jesús, no obstante, no encontramos evidencia alguna escritural que estas palabras que cristo haya pronunciado se refieran a sí mismo.

El griego nos ayuda un pco más a comprender el fondo del asunto, la expresión en cuestión es: ἄλλον Παράκλητον = Allon Parakleton = Otro Consolador.

ἄλλον = Allon (Allos) = Otro diferente

Παράκλητον = Paracleton = Consolador, Ayudador, intercesor, abogado.

Cuando cristo está diciendo que rogará al padre para envíe a otro consolador, lo que está diciendo es que alguien más, igual que el, es decir, divino, de la misma esencia, o sea, eterno, vendría y que seguiría la obra de intercesión y de redención por la humanidad.

Como vemos, el análisis del griego no deja lugar a suposiciones, pues con toda claridad enseña que se trata de otro ser igual pero diferente.

El Espíritu de Profecía nos lo dice de la siguiente manera:

"El pecado puede ser resistido y vencido únicamente por la intervención poderosa de la tercera persona de la Deidad, que no vendría con una energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que hace efectivo lo que logró el Redentor del mundo. Mediante el Consolador el corazón se purifica. Gracias a su obra el creyente llega a ser participante de la naturaleza divina. Cristo nos dio el divino poder de su Espíritu para que podamos vencer las tendencias al mal, sean heredades o cultivadas, y para imprimir en la iglesia su propio carácter."—The Review and Herald, 19 de noviembre de 1908. (RP 15.3)

"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho." (Jn. 14:26)

La sierva del señor armoniza en sus declaraciones con lo que la biblia nos enseña sobre la Deidad, Personalidad, el otro consolador al cual le llama "La tercera persona de la divinidad" es necesario entonces que entendamos que el Espíritu Santo no es una fuerza, no es una voluntad, no es una energía, no es Cristo, El Espíritu Santo es una persona Divina, Miembro de la Divinidad del Cielo, es la tercera persona revelada en la escritura y es quien continua y completa la obra de redención en las vidas humanas.

"Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si yo no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio." (Juan 16:7, 8.)

"El mal se había estado acumulando durante siglos y solamente podría ser refrenado y resistido por el potente poder del Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, quien vendría no con energía limitada, sino en la plenitud del poder divino. Debería enfrentar a otro espíritu, porque la esencia del mal estaba actuando en todas sus formas y era asombroso el sometimiento del hombre al cautiverio satánico." (ATO 49.3)

Esta misma cita fue escrita en siete diferentes libros aun mientras la sierva del señor estaba con vida y en ninguna de las ocasiones ella hizo alguna corrección si no estuviese en lo correcto la editorial que publicaba sus obras.

• The Review and Herald, Mayo 19, 1904; { RH May 19, 1904, par. 3 }

• The Review and Herald, November 19, 1908. { RH November 19, 1908, Art. B, par. 5 }

• The Sings of Times, Diciembre 1, 1898 {ST, December 1, 1898 par. 2}

• The Watchman, Noviembre 28, 1905. {SW, November 28, 1905 par. 2}

• Special Testimonies, Series A, No. 10, p. 37. (1897) {Ev 617.2}

• The Desire of Ages, p.671, 1898 ed.

Todas estas son citas en las que se hace mención de la expresión "Tercera persona de la divinidad". Antes de la publicación de una obra ella personalmente la revisaba, hacia las correcciones pertinentes antes de su publicación final. Sin embargo, en todas estas citas donde constantemente se repite la misma expresión, ella no expreso su desacuerdo y tampoco sugirió ni modifico esa expresión, lo cual nos dice que esa expresión estaba en todo relacionado con su significado preciso. EL ESPIRITU SANTO ES LA TERCERA PERSONA DE LA DIVINIDAD.

"El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes—el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo".— Special Testimonies, Serie B, 7:62, 63 (1905).

"El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo. —Special Testimonies, Serie A, 10:37 (1897).

"Debemos cooperar con los tres poderes más elevados del cielo: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y estos poderes trabajarán mediante nosotros convirtiéndonos en obreros juntamente con Dios". —Special Testimonies, Serie B, 7:51 (1905).

Y finalmente dejo esta cita que en mi opinión es crucial para entender este asunto:

“El Espíritu Santo es el Consolador, en nombre de Cristo. Personifica a Cristo, pero es una personalidad distinta.” (Manuscritos Liberados, Volumen 20, Pág. 324).

"Ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el profeso cristiano se compromete a dejar de lado el orgullo, la codicia y la incredulidad. (…)Su compañerismo es con el Padre y el Hijo y conoce más y aún más de la voluntad divina. Está lleno de un amor que crece constantemente hacia Dios y su prójimo."—Carta 46, 1901.

Conclusión:

En toda la Biblia y en todo el Espiritu de Profecia encontraremos suficientes evidencias que nos ayudarán a comprender que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Divinidad y que hoy está aquí con nosotros, sellando a sus hijos para prepararnos ante la prueba final. Cuando Cristo ascendió al Cielo, el Espíritu Santo descendió con la instrucción de continuar y perfeccionar la obra de redención en la vida humana, mientras tanto Cristo estaba en el santuario, y continúa allí terminando la obra de expiación. Aquellos que siguen buscando excusas, y adulteran el contenido o la interpretación de las citas bíblicas y del Espíritu de Profecía antes expuestas, están a merced del enemigo, pues si no creen en el trabajo maravilloso que el espíritu Santo esta haciendo en toda potestad como Dios y como la tercera persona de la Divinidad entonces pronto dejarán las filas de los salvados.

Que el señor les bendiga y es mi oración que este estudio sirva para reconsiderar tu situación espiritual y que te acerques a Cristo Jesús el único redentor del mundo y al Espíritu Santo nuestro único perfeccionador en la vida cristiana mientras nos preparamos para la segunda venida de Cristo.

Por J. M Suazo

Profesor de Teología

Fundador y Director del Instituto Teológico Ammiel.